"Pero,... ellos tambien pecan"



El regreso del hijo pródigo, óleo sobre lienzo de Michel-Martin Drölling (1806), Museo de Bellas Artes de Estrasburgo, Francia

Una de las cosas que siempre leo o escucho es: "pero ellos también pecan"; "nosotros no somos los únicos que tenemos bajas o caídas, sino mirad a estos o aquellos".

Menuda tontería -es a mi parecer-, pues, no se trata de desviar la mirada a otros extremos puesto que una abominacion seguirá siendo una abominación. Y que esta se produzca en ambos extremos no la hace común sino preocupante.

Juan XXIII: «Condenad el pecado, pero amad al pecador»

Cuando de argumentos de defensa se trata hay que utilizar aquellos que sean motivo de alegría y sobre todo fundada en la vocación a la santidad. Mal hacemos al bajar al nivel de pecado, que para ser sincero suena más a excusa.

Lo que fulanos y menganos hagan o dejen de hacer ó que en todo lugar se cuesan habas, no exime las faltas cometidas por personas que se excluyen del cuerpo místico de Cristo al entrar en situación de pecado; personas por las que tenemos que preocuparnos, no por el que diran sino mas bien por el rescate de su alma y esa es una tarea que nos compromete a todos desde nuestro puesto de servicio.

Es el momento de mostrar con ejemplos claros que determinadas situaciones han sido afrontadas con Amor por quienes respondierón a ese llamado de Santidad.


Pensadero

Imagén: El regreso del hijo pródigo,
óleo sobre lienzo de Michel-Martin Drölling (1806),
Museo de Bellas Artes de Estrasburgo, Francia

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