La natividad: ¿la verdadera historia?

Es raro encontrar en épocas navideñas una película que hable sobre el verdadero sentido de la Navidad, que no es otro que el hecho de que Dios se hizo hombre. Arduo ha sido el trabajo de la industria del celuloide al tratar de eliminar toda referencia a Dios. Quizá lo más típico sea reemplazar dicha referencia por la figura de Santa Claus o San Nicolás, curiosamente un personaje católico completamente descontextualizado y convertido en el símbolo del consumismo. No obstante, en la pasada Navidad se estrenó una película llamada La Natividad, en la cual se volvía la mirada al verdadero origen de esta hermosa festividad.



Película


Es válido aclarar lo siguiente antes de continuar: se trata de una película; por lo tanto, se permiten muchas licencias. Si de verdad se quiere meditar sobre este hermoso acontecimiento, recomendamos leer la sagrada Biblia y los escritos que la santa madre Iglesia nos ofrece, que son reflexiones de santos varones y mujeres quienes, iluminados por el Espíritu Santo, profundizaron sobre este hecho.
 Así las cosas, queda claro que esta cinta no es un tratado doctrinal, y que estéticamente puede o no gustarnos.


El segundo punto que hay que tener en cuenta es que el hecho de que esta película haya sido estrenada en el Vaticano, en el aula Pablo VI, no la exime de errores. Claro, tengamos en cuenta, también, que fue proyectada en un momento en que todos estaban ocupados y preocupados por el viaje del Santo Padre a Turquía.


Un tercer punto: hay datos que no podemos dejar pasar acerca de los realizadores. Catherine Hardwicke, directora del filme, proviene de una familia protestante practicante; Mike Rich, quien elaboró el guión, ha afirmado que consultó a expertos judíos, católicos y ecuménicos para escribirlo[1]
Tomando en cuenta este dato, no habría nada raro en cómo se elaboró la película. Me explico: si soy católico y voy a dirigir una película, escribir un libro o lo que sea, obviamente voy a plasmar mi espíritu en la obra. Mi identidad de una u otra forma va a verse reflejada en mi producción. Pues bien, eso es lo que ha sucedido en esta cinta. En otras palabras, está hecha al gusto protestante. No podemos exigir que sea de otra manera: ellos organizaron la fiesta a su gusto y nos invitaron.


Es cierto que quienes hacen la película son hermanos nuestros (por el bautismo), pero por muy suya que sea la fiesta no es digna la representación que se hace de nuestra madre Santa María. Recordemos que el eslogan del filme era «la verdadera historia». Sin embargo, después de verla queda claro que está basado en el «evangelio según Catherine».


Algunos dirán que me estoy fijando en detalles insignificantes de la película. Pero no existen verdades a medias: una verdad a medias es una mentira, no nos engañemos. Por ejemplo, ¿cuál puede ser el sentido de utilizar santas personas (como las de san José y nuestra madre María) con el fin de justificar lo que popularmente se ha dado en llamar mentiras piadosas o blancas? En la cinta vemos a un san José incitando a mentir a la Virgen con el fin de que Joaquín —padre de María— no vea afectado su orgullo por la ayuda que San José les presta en cierta ocasión. Sin embargo, bien sabemos —y cuánto más José y María— que una mentira, como pecado que es, constituye siempre un acto suicida.


Otro ejemplo: vemos también que se presenta la adivinación como un acto puesto al servicio del hombre. En cierta escena la Santísima Virgen se dejó leer la mano contando con la aprobación de san José. La consecuencia lógica es clara: cualquiera de nosotros puede hacer lo mismo, pues si María y José, que amaron tanto a Dios, lo permitieron, ¿por qué nosotros no?


Me pregunto: ¿eran estos detalles (por citar solo algunos) necesarios en «la verdadera historia» del nacimiento? ¿No son acaso elementos fuera de lugar en el contexto de una película religiosa? ¿O con qué finalidad se pusieron allí? En la película se prescinde de detalles importantes, pero de estos no. Recordemos que, inmersos como nos encontramos en una cultura visual, las imágenes tienden a instalarse fácilmente en nuestra mente, consciente o inconscientemente.[2]


A continuación, citaré textualmente algunas expresiones de la directora de la película y de Keisha Castle-Hughes, la actriz que hizo el papel de María, para que vean las coincidencias:


Hardwicke: «Se trata de una historia que significa mucho para la gente de todo el mundo, y pensé que humanizándolos [a los personajes de José y María], el público podría involucrarse en la película y encontrar inspiración para hacer frente a sus propios retos y dificultades».[3]


«La queríamos hacer accesible a adolescentes jóvenes, que no les pareciera tan lejana a la vida que no significase nada para ellos. Quería que la viesen desde el principio como una chica, una adolescente, no perfectamente piadosa desde el primer momento».[4]


Castle-Hughes: «Pensé que humanizándolos, el público podría relacionarse con la película a un nivel personal».[5]


Ya vemos por qué en la película tenemos a una Virgen sin virtudes. Cito solo algunos extractos:


  • Sin fe: dice la supuesta María: «¡Por favor, Señor, haz que Isabel esté encinta tal como me dijo el ángel!».
  • Sin esperanza: Ana, madre de María Santísima, dice: «Siempre hay esperanza», a lo que la supuesta María replica: «¿Incluso en Nazaret?».
  • Sin vida interior: se nos presenta a una María triste, sin alegría, con una escasa o nula oración.
Todo esto como si Dios no velara por darnos las gracias necesarias para cumplir su voluntad.


Otro factor a tener en cuenta; en palabras de Martín Zavala:
En esta película el ángel saluda a María: «¡Salve, oh elegida!»[.] Una vez más [se está] cambiando el pasaje bíblico tan claro por uno más light al estilo de cristianos protestantes que la [sin duda quiso decir «lo»] degradan. Nada de «llena de gracia»[,] que es la expresión griega. Kecaritwmevnh: esta palabra dirigida a María se presenta como una calificación propia de la mujer destinada a convertirse en la madre de Jesús. Lo recuerda oportunamente la constitución Lumen gentium, cuando afirma: «La Virgen de Nazaret es saludada por el ángel de la Anunciación, por encargo de Dios, como “llena de gracia”» (n. 48 [sin duda se quiso referir al n. 56 de dicha constitución]). «Llena de gracia es el nombre que María tiene a los ojos de Dios». En efecto, el ángel, según la narración del evangelista san Lucas, lo usa incluso antes de pronunciar el nombre de María, poniendo así de relieve el aspecto principal que el Señor ve en la personalidad de la Virgen de Nazaret. La expresión «llena de gracia» traduce la palabra griega kecaritwmevnh, la cual es un participio pasivo. Así pues, para expresar con más exactitud el matiz del término griego, no se debería decir simplemente «llena de gracia», sino «hecha llena de gracia» o «colmada de gracia», lo cual indicaría claramente que se trata de un don hecho por Dios a la Virgen. El término, en la forma de participio perfecto, expresa la imagen de una gracia perfecta y duradera que implica plenitud. El mismo verbo, en el significado de ‘colmar de gracia’, es usado en la carta a los efesios [se refiere a la Epístola a los Efesios] para indicar la abundancia de gracia que nos concede el Padre en su Hijo amado (ver Ef 1, 6). María la recibe como primicia de la Redención. «Elegida»[,] como se dice en la película[,] puede haber muchas[;] pero llena de gracia, de la plenitud de la gracia solo una: la bendita María que nos muestra la Santa Biblia[,] la cual es urgente leer para no creer en productos de Hollywood o de sectas evangélicas.[6]

La película; entonces; puede ser un claro ejemplo de los alcances del racionalismo bíblico. Esta es una escuela bíblica surgida del protestantismo entre mediados y fines del siglo XIX, que sostiene que todo aquello que suene como hecho milagroso tiene que desaparecer de la interpretación de la Escritura. ¿El motivo? Pues porque no son acontecimientos racionales. De esta manera se pretende eliminar de ella todo aquello que sonaba subjetivamente no racional. (Cabe señalar que los católicos no creemos en una interpretación cien por ciento literal de todos los textos bíblicos; sin embargo, creemos que existen afirmaciones en la Sagrada Escritura de las cuales dependen muchos elementos de nuestra fe que son negados por otros y eso no podemos aceptarlo).


En personas bien formadas, la película no será capaz de modificar su fe; todo lo contrario, podrán separar la cizaña del trigo, y aunque la ganancia sea minúscula sacaran algún provecho de ella. Pero el problema son quienes no cuentan con una formación ni siquiera mediana o básica. No se trata de relativizar los alcances de la cinta; se trata de velar por que la verdad salga a la luz; se trata de ser guardianes de nuestros hermanos.


No se puede hacer una película para honrar a nuestro Señor Jesucristo y a la vez difundir mentiras en torno a su Madre (con el pretexto de acercarla más al público). No quiera Dios que después la directora y el guionista hagan una película de Nuestro Señor. Tal vez al querer acercarlo a nosotros terminemos viendo en la pantalla solo a un hombre medianamente bueno, como cualquier otro —recuerden: «Hay que bajar la varilla de la exigencia; la mediocridad está de moda»—, y para nada a Dios hecho hombre. Y vuelvo a decirlo: una verdad a medias no es verdad. Eso, señores, tiene un nombre: mentira.


Termino citando a Miguel de Unamuno:

María es de los misterios el más dulce. La mujer es la base de la tradición en
las sociedades, es la calma en la agitación, el reposo en las luchas. La virgen
es la sencillez, la madre la ternura.

De mujer nacio el HombreDios, de la calma de la humanidad, de su sencillez.

Se oye blasfemar de Dios y de Cristo y mezclarlos á sucias expresiones, de la Virgen no se oye blasfemar. Dijo Cristo que los pecados contra él se perdonarían pero no los pecados contra el Espiritu Santo, y pecado de los mayores contra el Espíritu Santo es insultar á su Esposa y blasfemar de ella.
[7]

Bilbo Meditando
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[1] Véase «Cómo se hizo Natividad» en LaButaca.net. Revista de cine online [en línea], Valencia (España). . [Consulta 22/01/07].
[2] Véase el interesante trabajo de Jenny Moix Queraltó, profesora titular de Psicología de la Universidad Autónoma de Barcelona sobre la influencia de los mensajes subliminales en el ser humano. Jenny Moix Queraltó. «Mensajes que no llegan a la consciencia» en La Vanguardia, Número 63. 19 de julio 1997.
[3] «Natividad: la historia» en Hoy Cinema [en línea], 22/01/07. . [Consulta:22/01/07].
[4] Pablo J. Ginés. «Película La Natividad: ¿qué hacer con una psique virginal y con un parto virginal?» en ForumLibertas. Diario digital [en línea], 11/12/06. . [Consulta: 22/01/07].
[5] «Film[e] La Natividad» en Homilías para cada domingo [en línea]. . [Consulta: 22/01/07].
[6] Martín Zavala. «Advertencia sobre la película The Nativity Story o El nacimiento» en Catholic.net [en línea]. . [Consulta: 22/01/07].
[7] Miguel de Unamuno. Diario íntimo. 3.a reimpr. Madrid: Alianza, 2002, pp. 28-29.

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