La familia: Más allá que un refugio
Al finalizar la jornada laboral, ansío con alegría partir al encuentro de mi familia. Hay días muy buenos, pero eso no resta que también se tengan días malos, nadie está exento de preocupaciones.
Como dije, también tengo días complicados y aunque a veces no lo logre del todo, intento dar mi mejor esfuerzo y en el preciso momento en que abro la puerta noto que algo cambia. Es como si en un breve momento todo comenzará a encajar y cobrase sentido.
En ese lapso, de abrir la puerta para ingresar al hogar, sobre todo en días tormentosos, me devuelve a la realidad, revelándose un poderoso motivo para continuar y saber que a pesar de las circunstancias todo estará bien: vivo para mi familia y en ella encuentro algo mucho más que un refugio.
La luz que del hogar se emana es gracias a cada uno de sus integrantes, sus sonrisas e historias del día me hacen ver lo ridículo que se ven mis problemas.
Mientras nos tengamos el uno al otro
Ojo, no se trata de un ocultar los problemas debajo de la alfombra, sino entender que: no me encuentro, ocurra lo que ocurra, solo en esta empresa. Confiar es otra de las dinámicas que se tendrá que desarrollar Y en ello encuentro en mi Esposa una gran Pedagoga Recordándome que Dios No abandona Nunca
Enseñar y aprender
No lo sabemos todo, a estas alturas es algo que nos debe quedar claro. Quién crea lo contrario se niega al crecimiento.
La humildad es una virtud que nos permite ser conscientes de nuestra realidad y que nos predispone a la escucha. Está dinámica me ha permitido entender razones y puntos de vista distintos al mío. Igual no es algo fácil, esa idea de creer saberlo todo o de recurrir al facilismo de se hace porque yo lo digo, sin ser capaz de dar razones no ayuda en nada. Incluso el tiempo me ha permitido reflexionar y entender la necesidad de disculparme reconociendo mi error. Hoy trato de ser un padre responsable y un alumno aplicado y he notado que mi capacidad de asombro va creciendo cada día más.
Dice Fernando Savater “Sin la proximidad del amor estamos lejos de nosotros mismos” que duda puede caber: el vivir en comunidad es imprescindible para nuestro desarrollo personal y social. Nuestras experiencias adquiridas, nos permitirán hurgar en nuestra memoria los recuerdos felices y amorosos que iluminarán en momentos aciagos y nos ayudarán a retomar o cambiar, si es el caso, el rumbo de nuestra vida.
Estar agradecidos
Estar en constante acto de agradecimiento, nos permite valorar correctamente lo que tuvimos o tenemos.
Si eres creyente, póstrate de rodillas ante nuestro creador y no te canses de agradecer, sobre todo en los momentos aciagos, aférrate fuerte a Dios y encomienda a tu Familia, tu bien más preciado y agradece por las experiencias que viviste que buenas o malas te permite, siempre en el amor, forjar una familia en la que teniendo a Dios como centro puedan desplegar sus dones, sea más que u refugio y se convierta en un faro de luz al mundo.
Bilbo Meditando
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Créditos Foto: Freepik
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