Libertad y responsabilidad





¿Ser libre implica soltar a boca de jarro lo primero que transcurra por mi cabeza?¿Ser libre quiere decir que puedo escribir lo que se me antoje?. La respuesta, para ambas preguntas, obviamente es un NO gigante.

Ser libre no significa ser guiado por mis impulsos, sin tener encuenta los posibles alcances de los mismos. Actuar de esta forma nos indica dos cosas: Una inmadurez tremenda y que somos esclavos de nuestras pasiones.

La libertad es la capacidad que tenemos para escoger entre lo bueno y lo optimo, -ojo con esto-. 

La libertad esta encaminada a obtenerme un bien, pero nunca en perjuicio mío o de los demás. No se es libre por lo tanto cuando obramos mal, cuando nos ocasionamos daño o se lo ocasionamos a terceros. 

Vuelvo a repetir: La libertad solo busca nuestro bienestar. Nadie escoge algo -al menos estando en sus cabales- en perjuicio propio. A esto es lo que llamamos libre albedrío: capacidad de escoger entre lo bueno y lo malo; cómo vemos, es algo muy distinto al objetivo final de la Libertad.

Cada palabra que sale de nuestra boca, cada acción que realicemos tendrán consecuencias. Buenas o malas segun sea el caso. Es por ello que no debemos concibir palabras ociosas, pues con ello solo logramos ser instrumentos del malo.

Podemos añadir tambien que la libertad implica un profundo respeto hacia los demás. Es preciso recordar que: "Todo se nos es permitido pero no todo debemos hacer".

Los Cristianos no podemos ser piedra de tropiezo para nuestros hermanos. No seamos justificante para los errores de otros. No somos el centro del universo, nuestros actos tienen consecuencias. Vivimos rodeados de seres humanos no de cosas. Es este cosificar el que hace que confundamos la libertad con el libertinaje y el libertinaje surge de perder de vista lo esencial; aquello que nos hace Ser; de modo que quien se encuentre en deredor nuestro se convierte en mero instrumento del apetito de nuestras pasiones.

No podemos escudarnos en el cliché de libertad para justificarnos,  es necesario; si no hemos perdido del todo la conciencia; que nos examinemos y como si se tratase de un juego de ajedrez vislumbremos los alcances de nuestras acciones.

Solo así ejercitaremos la madurez.

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